martes, 2 de agosto de 2011

Tiempo atrás...

Me senté a escribir, sin un propósito concreto, sin palabras en mi boca, sin ideas en mi mente, me senté a escribir con una sonrisa en mi cara, que no tenía razón ni lógica de existir, pero que ahí estaba, en mi cara, formando diminutas arrugas en las esquinas de mis ojos, esos ojos enorme que dicen por ahí que tengo, ahí estaba ella, danzaba, cantaba, pintaba, como el propio arte, nacida de la emoción, de la pasión, del alma. Mi sonrisa duro toda la noche. Toda.